LA PALABRA DE DIOS - CICLO A

El Evangelio de San Mateo

Se remonta al siglo II la atribución de la autoría de este evangelio al apóstol San Mateo, el publicano. En el mismo sentido, contamos con el testimonio de Papías, San Ireneo y Orígenes. La llamada por parte del maestro la encontramos en Mt 9, 9. La tradición nos dice que el autor de este evangelio, después de predicar el mensaje de Cristo en Palestina, fue a Arabia, Etiopía y Persia para terminar su misión apostólica.

Se cree que fue escrito en hebreo o arameo, y después traducido al griego; éste último original ha sido el usado por la Iglesia como versión primitiva. Es el evangelio eclesiástico por excelencia, pues fue el más utilizado por la tradición más antigua y centra su preocupación en la defensa de los temas eclesiales. Se sitúa su composición en una fecha cercana al año 70, de la destrucción del Templo y la ciudad de Jerusalén.

El autor divide la obra en tres partes principales, con una vigorosa pedagogía, si bien con el desglose de los cinco discursos, se puede considerar dividido en 7 secciones en su conjunto:

1ª) Infancia de Jesús, 1-2;

2ª) Vida del maestro, 3-25;

discurso 1: Mt 5-7, Sermón de la Montaña. Programa esencial del Reino de los Cielos.

discurso 2: Mt 10, instrucción a los apóstoles. Predicación de Cristo por medio de los enviados.

discurso 3: Mt 13, las parábolas. Planteamiento de las dificultades que el mundo planteará a la implantación del Reino de Dios.

discurso 4: Mt 18, la Iglesia y el Reino. Sus comienzos con el primer grupo encabezado por Pedro y con sus reglas ya esbozadas.

discurso 5: Mt 24-25, anuncio escatológico. Crisis que vendrá a desencadenar el final de Jesús.

3ª) Muerte y Resurrección, 26-28.

Los discursos del Señor son una característica que lo distingue del evangelio de Marcos, en el que no hay grandes discursos de Cristo. Presenta a Jesús como Mesías prometido y el Hijo de Dios, por lo que los destinatarios de este texto debieron ser judíos convertidos al cristianismo. Insiste en el tema del cumplimiento de las escrituras del AT en Jesús, no sólo como una mera realización de las promesas, sino de su plenitud. Los temas que nos enseñan este cumplimiento son:

+ Cristo, descendiente de Abrahám y de David, representa el cumplimiento de las profecías, como nos lo muestra Mateo con la genealogía en la que remonta la descendencia de Jesús hasta Abrahám, el padre del pueblo judío y patriarca de la primera Alianza con Dios, a través de David, como primer rey del pueblo escogido (Mt 1, 1-17). Jesús así se convierte en heredero de la Alianza con Abrahám y de la realeza de David.

+ Su concepción virginal y nacimiento en Belén.

+ El Siervo Sufriente de Isaías (Is 52, 13ss) se constituye en telón de fondo del relato de la Pasión en este evangelio. El rito de la Ley, que no será abolida, será sustituido por la ética del amor ya desde la primera predicación de Jesús.

El tema de Jesús como Hijo de Dios enmarca todo el relato. Así se declara en los relatos del Bautismo (3, 13-17) y del Monte Tabor (17, 1-13). Jesús es interrogado por el sanedrín y ante la pregunta por su condición divina, su respuesta es clara (26, 63-64). Jesús es condenado a muerte por autoproclamarse Hijo de Dios (27, 11). La declaración del centurión tras su muerte es una confesión de fe: "Verdaderamente este era Hijo de Dios" (27, 54). El evangelio comienza con la infancia de Jesús, relato impregnado de la condición divina del niño, para ir progresando y haciendo hincapié en la misma divinidad hasta el Calvario.

El Reino de los cielos anunciado por el Mesías tiene una doble dimensión, temporal (de este mundo) y escatológica (del mundo venidero). El Reino de los Cielos, por tanto, comienza aquí, pero no en los moldes estrechos del judaísmo, sino en la universalidad del mensaje traído por Cristo.

La Iglesia cobra en este evangelio una naturaleza viva con Cristo como cabeza. La comunidad eclesial prolonga la Antigua Alianza, dándole una extensión universal.

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